El levantar las heces de tu kinder can es mucho más que una norma de convivencia, una muestra de respeto al entorno y al derecho a transitar por calles y parques limpios, es también importante para prevenir infecciones y contaminación al medio ambiente, veamos por qué.
Un perro produce en promedio 300 gramos de excremento al día y medio litro de orina. Aunque el suelo absorbe la orina hasta cierto límite sin efectos negativos, el excremento se seca, se pulveriza y sus partículas viajan en el ambiente y pueden terminar en los alimentos que se consumimos en la vía pública o simplemente podemos respirarlas al caminar por la calle. De cualquier forma esto es peligroso.
Recoger las heces de nuestro perro reduce al mínimo las posibilidades de exposición a los huevos y larvas de lombrices, gusanos y otros parásitos que son sumamente peligrosos para los seres humanos, principalmente para niños y ancianos.
Es común escuchar que muchas personas no recogen las heces de sus perros argumentando que “son abono”. Es verdad, son materia orgánica y son biodegradables pero no por ello los parásitos y bacterias que habitan en ellos se desintegran. Al contrario, dejar las heces de nuestros perros a la intemperie les permite diseminarse.
Al pasear a tu kinder can es recomendable que salgas con bolsas de plástico, listo para cualquier emergencia perruna. Si tu can ha defecado, recoge las heces con la bolsa y elimínala en la basura. De esa forma evitarás que pueda contaminar el entorno por el que tú y tu mascota pasean.
José Luis Rangel Fuerte
Médico Veterinario Zootecnista
Cédula Profesional: 10399309